El Taller De Miguel Angel

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lunes, 4 de agosto de 2014

Dibujo con Carboncillo ( Para aprender a dibujar)

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Ejercicio de dibujo con carboncillo ( Primera clase)

Hola amigo artista. Lo que te voy a presentar ahora es la semblanza de un didáctico ejercicio que apliqué a mis alumnos del curso-taller de dibujo y pintura, que imparto en la universidad Cuauhtémoc. Estamos iniciando y el curso tendrá una duración de 5 meses a partir de los primeros días de julio del 2014, y contaré con 15 alumnos.
Es la primera vez que doy clases en esta universidad, por lo que soy nuevo para mi grupo. Mis talentosos alumnos, que ya han llevado cursos previos, me pidieron amablemente que iniciásemos  desde cero, es decir, como si no tuvieran noción alguna sobre el dibujo y la pintura. Accedí con gusto pues me pareció una muy buena forma de evaluarlos y así empezar a corregir acertadamente cualquier cosa que pudieran estar haciendo equivocadamente. Por ello creo más que interesante compartirte esta primera lección que les di, pues tiene que ver con los pasos iniciales para aprender a dibujar y a pintar. Si eres principiante este artículo te servirá muchísimo para empezar a practicar, y si, ya eres avanzado vaya que estarás de acuerdo en que siempre será bueno repasar los fundamentos.
Antes de entrar a la descripción de lo que hicimos, permíteme darte, a manera de introducción algunas razones del porqué elegí este ejercicio para dar la lección inicial.
Barras de carbón vegetal, sin comprimir. ideales para
realizar ejercicios de dibujo.






Empezaré haciendo una comparación, diciéndote que el ejercicio en cuestión es tan básico e imprescindible para entender el dibujo y la pintura como lo son las notas musicales para la música. Se trató de aprender a construir un dibujo artístico, practicando el encajado de las formas y el modelado tridimensional;  ambas, técnicas fundamentales para poder dibujar correctamente.

 




El material que empleamos fue el carboncillo sobre papel, que aludiendo nuevamente a la comparación con la música; equivaldría a decir que mis alumnos tomaron la clase en el piano. El carboncillo sobre papel es definitivamente el material ideal, ya que nos otorga todas las posibilidades para aprender a dibujar y por ende, a pintar
A este respecto, permíteme aclarar que el hecho de no considerar el color,  (ya que trabajamos en blanco y negro, y hablo de aprender a dibujar,  pero también a “pintar”), no significa que este material nos limite o supedite solo al dibujo o pintura en blanco y negro, porque siendo estrictos, únicamente prescindimos del contraste entre colores (matices), abarcando en su totalidad el análisis y estudio de todos los demás aspectos del color; como son el tono, la saturación, la brillantez y el contraste tonal. Y ciertamente de un modo muy completo.

Por lo demás,  el carboncillo nos permitió explorar con mucha libertad de expresión el efectismo como podría hacerse con cualquier técnica mayor; pastel, óleo o acuarela, por ejemplo. Incluso podríamos pensar en que para ciertos efectos, pudimos ir  más allá. Con los efectos atmosféricos, por ejemplo.

Cerrando esta  introducción te puedo decir que:  “En un humilde trozo de carbón vegetal se esconde la magia del virtuosísimo plástico del dibujo y la pintura”.


Bueno, con estas referencias aclaratorias vamos al asunto de la clase.

La adecuación del salón de clases y la elección del modelo.
Al entrar por primera vez al salón me encontré con que había allí unas 30 mesas de trabajo tipo  escritorio acomodadas en filas horizontales y mirando todas hacia él pizarrón, tal como normalmente debe ser un salón de clases estándar, para impartir clases de matemáticas o ciencias naturales; entonces me dije, Oh no!, parece este un salón de primaria, como puede ser?, si no es clase de matemáticas la que voy a impartir, ja, ja, ja; Ok; veremos que se puede hacer, pensé. Así que decidí mover esas mesas y formar un círculo con ellas alrededor del salón para que en el centro muy bien pudiera acomodar nuestro modelo o tema. Así, mis alumnos, podrían tener una buena visibilidad, no importando que cada quién tuviera diferente punto de vista, al fin y al cabo desde cualquier ángulo tendríamos buenas líneas y sombras que analizar. Esto no se hubiera podido hacer con la disposición original que me encontré.
Composición improvisada de un bodegón. Para el ejercicio
funcionó bastante bien.

En cuanto al tema, que te puedo decir. Como podrás constatarlo en la imagen, realmente es una composición muy fea, bueno, según yo, pero la verdad es que en ese momento disponía de pocas opciones  y necesitaba objetos que fueran lo más geométricos posible, para facilitar la explicación, y pues esto fue de lo mejorcito que encontré, y; en todo caso, lo que me interesaba era el análisis de las formas y volúmenes, así que haciendo un buen esfuerzo los dispuse tratando de conseguir la mejor composición. Así que te pido por favor amigo y talentoso artista, no juzgues tan severamente mi triste y exiguo modelo.



Los materiales.

Ya he hablado bastante sobre nuestro gran protagonista, el carboncillo, solo añadiré una breve explicación sobre el resto de los materiales que empleamos, que son: el papel revolución, la tabla de MDF y las pinzas bulldog. Todos tienen una razón importante, y ahora te diré cual es.
Papel revolución. Su coloración y textura lo hacen
idóneo para practicar el dibujo.

Sobre el papel. Mis alumnos estaban acostumbrados a trabajar con blocks de dibujo escolares de cartulina marquilla o cuadernos de papel bond para hacer sus ejercicios. Les explique que estos tipos de papel no servían para practicar el dibujo, por lo siguiente: resultan caros en función de la dinámica de trabajo, que exige utilizar muchas hojas. Imagínate tirar cartulina marquilla indiscriminadamente, como que no se vale, verdad?.  Y, en el caso del bond, sus propiedades no son del todo compatibles con el carboncillo ya que es muy liso y hace que este no se adhiera bien.

Otro punto en contra de estos papeles es que son muy blancos. Evita dibujar sobre papeles blancos, al menos cuando se trate de practicar el dibujo, porque este resulta ser un obstáculo abrumador para modelar las sombras. Es como si tuvieras que dibujar sobre un reflector potente. Suena lógico evitarlo, verdad?, El bond y el marquilla son blancos, si, y muy blanco el bond, en particular.
Y, no olvides esto que es sumamente importante:” Los formatos pequeños no sirven para practicar el dibujo”. Los blocks y cuadernos siempre serán pequeños para practicar el dibujo. Practica siempre en papeles grandes; pliegos, hojitas de block o de cuaderno… NO! Por favor.
El papel revolución es económico; tanto que se utiliza para diversos usos
comerciales, como para envolver un buen kilo de tortillas
mexicanas, por ejemplo.

Por todas estas razones mi recomendación ideal es que practiques sobre papel revolución o kraft, que encuentras en las papelerías en pliegos grandes. Son baratos, fáciles de conseguir, tienen una tonalidad neutra, algo arenosa, ( no blanca) y los consigues en medidas como de 90 cm x 60 cm. Ideales para practicar el dibujo.


Nota: Los blocks o cuadernos no los hagas a un lado, te servirán para hacer apuntes rápidos o bocetos que puedes archivar, pero no lo olvides… No sirven para practicar el dibujo, Ok?.


 
 

La tabla MDF. Esta tabla cumple dos funciones importantes. La primera tiene que ver con el tamaño del dibujo. Como te comentaba en el punto anterior, para practicar el dibujo lo más recomendable es hacerlo sobre un área grande. Usar pliegos de papel es lo ideal y montarlos sobre una tabla ligera y lisa resulta bastante conveniente, no crees?. La tabla de MDF cubre muy bien estos requisitos.  Podría recomendarte que fuera  de aglomerado o de triplay pero ninguno de estos materiales te ofrece  una superficie tan lisa. Te recomiendo que tu tabla sea de 90 cm x 60 cm  y de unos 3 mm de espesor, para que no se pandee.
Estelita dibujando en la posición correcta. Apoyando su tabla sobre
sus piernas y de frente a su dibujo.

 La otra función de la tabla es muy importante y tiene que ver con la posición que debemos adoptar para dibujar correctamente. Resulta que el dibujar sobre una mesa  horizontal, como lo estaban haciendo mis alumnos anteriormente, te obliga a “mirar”, lo que dibujas desde un ángulo muy inclinado, que vuelve lo que “ves” engañoso a la vista. Esto es porque el ojo, aunque no lo parezca, capta las formas respetando las leyes de la perspectiva  y, al igual que la cámara fotográfica las capta distorsionadas si se miran desde ciertos ángulos. Lo puedes comprobar de manera muy simple mirando a través del lente de la cámara de 35 mm. Verás cómo en ciertos ángulos, particularmente en los extremos, los objetos se ven a veces bastante deformados. No obstante, vemos, o “creemos” ver a los objetos sin distorsión alguna porque nuestros cerebros “corrigen” dichas anomalías ópticas efectuando mentalmente los ajustes necesarios. Es necesario que lo haga así, pues de esto depende nuestro confiado andar dentro de este mundo tridimensional.
Sin embargo el cerebro no es tan eficaz,  porque justamente en casos como el que nos compete es fácil comprobar que falla. Y el engaño se evidencia cuando después de haber estado  trabajando  duramente y con tanto entusiasmo en un dibujo sobre la mesa “horizontal”, de repente, al observarlo de frente, cuando levantas tu hoja, Oh!, sorpresa, sucede que es muy probable que encuentres que no se ve igual, no se ve cómo debería verse. Se ve diferente…Deformado, quizás,  y esto puede resultar sumamente frustrante para ti, sobre todo cuando esperabas un resultado y obtienes otro. Por ejemplo cuando se trata de un trabajo que exige precisión, tal es el caso de un retrato.

Por eso mi recomendación en este sentido es que siempre dibujes de frente a tu obra. En posición vertical, como lo hace el pintor frente a su caballete. Tu tabla de MDF se puede colocar en esa posición sin problemas, simplemente siéntate cómodamente y coloca tu tabla sobre tus rodillas, recargada en una mesa tal vez.  Como les aconsejé a mis alumnos que lo hicieran con las suyas y ponte a dibujar de “frente” a tu obra con certeza.

Ya para cerrar este apartado referente a los materiales, solo me falta comentar un poco acerca de las pinzas bulldog. Estas son unas pinzas metálicas que sirven muy bien para sujetar el papel a la tabla MDF. Son verdaderamente prácticas pues las puedes acomodar en el lugar que quieras  según sea tu necesidad. Por ejemplo, cuando requieres trabajar en un área de tu dibujo con cierta intensidad de trazos y no deseas que se mueva la hoja para nada, simplemente coloca tu pinza en donde mejor sujete al papel; o mejor aún, usa no dos, sino varias pinzas para fijar literalmente tu papel  a la tabla, según te convenga.


Muy bien, vamos ahora, y sin más preámbulos directamente  a comentar sobre nuestro ejercicio en sí.

El Encajado

Una vez que todos mis alumnos tenían ya sus tablas listas y con el modelo en su lugar, les pedí  que empezaran a dibujar.
Les indiqué que hicieran su dibujo lo más grande posible. De este modo tendrían un área de trabajo amplia, que les permitiría efectuar sus trazos y sombreados con bastante soltura. Para eso es el papel grande, ya viste?

Les dije que aprenderían y practicarían el método para dibujar,  que parte de la construcción lineal del modelo. Comenzaríamos trazando líneas para luego, una vez definiendo las formas, nos seguiríamos con el modelado tridimensional  por medio de “agrisados”.
Debían ver el todo, ignorando los detalles, que en este primer paso son innecesarios. Esto significa que “debemos dibujar solo las líneas que describen mejor al modelo”.

Se trataría, diciéndolo de un modo más preciso y artístico de extraer  del modelo solo sus formas esenciales. Les indiqué que debían observar de un modo  diferente al modelo. Cambiando mentalmente la percepción de lo que tenían enfrente. Quería que en lugar de objetos, vieran tan solo un conjunto de líneas y sombras. En este esfuerzo mental está la clave para dibujar mejor, les dije, y requiere práctica para hacerlo bien y sobre todo… paciencia!!!, Si; Mucha paciencia.
Lupita es una alumna muy atenta. Sin duda
sabe ser paciente.

Les sugerí  que observaran al modelo cuidadosamente. Que hicieran continuas comparaciones de las distancias que separaban a los objetos entre sí y que determinaran sus tamaños, memorizándolos, para luego trazar. Apuntando un segmento por aquí, y otro por allá. Observando todo a la ves;  relacionando lo de arriba con lo de abajo, para conseguir lo que los artistas llamamos: “El encajado” general.

Se trataba de esbozar el sombrero, la caja cilíndrica, la esfera y los libros con tan solo unos cuantos trazos, sin definir sombras aun y sobre todo sin detenerse en resolver detalles , tales como el entramado del sombrero, los brillos de la esfera, las líneas de la caja o el doblez de la hoja de alguno de los libros.
De este modo mis alumnos comenzaron a dibujar y vaya que empecé a  sorprenderme. Trabajaban con pasión. Con entusiasmo y alegría. Sobre esta dinámica, creí entonces prudente aconsejarles algunos trucos para facilitarles el trabajo. Te platico algo al respecto.

Trucos para dibujar mejor.
Vista de conjunto. De vez en cuando, mientras transcurría la clase, les sugería a mis alumnos detenerse para mirar su avance desde muy atrás colocando su dibujo lo más próximo posible al modelo. Desde un punto en donde podrían comparar a ambos. Esta acción les permitiría detectar sus aciertos pero también sus errores, al encontrarse alejados de su obra y poder verla en su totalidad de una sola vez.
También les recomendé aplicar algunos ingeniosos trucos extras de verificación para detectar errores. Uno que me gusta mucho por su efectividad es aquel que consiste en mirar el dibujo a través de un espejo. Te sorprenderás de la cantidad de errores que pueden aparecer al ver tu dibujo de manera “invertida”. Entonces, simplemente, habrá que hacer las correcciones pertinentes ayudándote esporádicamente del espejo para verificarlas.
Otro truco consiste en tomarle una foto al modelo y a tu dibujo con la cámara de tu celular. Es increíble la cantidad de errores que podrás apreciar con este simple método. También te servirá para detectar omisiones o líneas que no habías visto.  Consuelo se quedó boquiabierta cuando miró su dibujo en la foto. Vaya que noto carencias pero también aciertos. Una ventaja adicional de la foto es que también puedes ver a ambos, tanto al modelo como a tu dibujo, de cabeza; con solo voltear tu celular, verdad?.  Con este simple cambio de punto de vista también podrás encontrar errores.
Ahora bien, así como tenemos trucos para detectar errores también existen algunos que nos sirven de apoyo para ejecutar el encajado con mayor facilidad. Estos son algunos de ellos que, dese luego, les compartí a mis alumnos y que ahora también te comparto a ti.
El espacio negativo. Este es aquel espacio que está detrás del modelo, es decir, su fondo. Y el truco consiste en poner eventualmente nuestra atención en este, y no en el modelo. Al hacerlo encontraremos nuevas referencias visuales que nos ayudarán a ajustar las proporciones.
Entrecerrar los ojos. De vez en cuando te recomiendo “ver” al modelo con los ojos entrecerrados. Esto produce un efecto de oscurecimiento o alto contraste en las formas que sirve para eliminar detalles. Efecto que como verás es muy conveniente para simplificar. A mis alumnos les pareció muy interesante. Y por último te comento sobre el truco principal. Ese truco sobre el que he hablado bastante en muchos de mis tutoriales pero que definitivamente sé que nunca estará de más retomar. El encajado a partir de la simplificación de las formas.
La idea parte de entender que es más fácil dibujar figuras geométricas simples que formas irregulares, de rebuscadas formas. Y se puede hacer así porque los artistas sabemos que todas las cosas que nos rodean, incluso una figura humana, por ejemplo, se pueden interpretar como figuras geométricas.  Si partimos de esta idea nos resultará más fácil dibujar.  Una vez hayas realizado el encajado geométrico, solo debes ir ajustando líneas para encontrar el mayor parecido con tu modelo.  Ya tienes la base.
Bien, a medida que mis entusiastas alumnos avanzaban les insistía en no descuidar que debían dibujar con suavidad, pero a veces se les pasaba la mano con el carboncillo. El control de este material es importante por lo fácil que puede resultar manchar o ensuciar, recordándoles que es muy difícil de borrar. Así que les insistía en observar bien antes de efectuar cualquier trazo. Esta es tal vez la única desventaja de nuestro amigo el carboncillo, aunque lo diría con ciertas reservas ya que un artista consumado no borra, solo moldea las formas. Pero bueno, si eres principiante te lo puedes permitir, solo un poco, mientras te perfeccionas.
A propósito de este comentario y suponiendo que consideras que estoy siendo muy estricto,  te diré algo más sobre el uso de la goma. En efecto, si es válido usarla en algún momento del proceso de agrisado. No para borrar, como ya lo comenté, sino para lo que conocemos como “El proceso para rescatar luces”,  y esto se hace una vez hayas identificado una zona de altas luces o brillos; entonces,  con tu goma puedes “borrar” ahí, en donde sabes que están esos brillos pero que se han ocultado porque previamente ya habías agrisado un poco, y  entonces te darás a la tarea de ”rescatar” esas luces o brillos con tu goma.
Recuerda que casi siempre estas luces se encontrarán en zonas reducidas del dibujo, por lo que piensa en solo dar toques de luz. La goma que te recomiendo es sin duda la gran estrella…La goma moldeable, que es plástica, con apariencia y consistencia de plastilina gris. Si, te entiendo, suena algo extraño pero sin duda es la mejor goma que puedes utilizar y la consigues en establecimientos de arte con cierta facilidad.
Sus propiedades son excepcionales. Borra limpiamente, no mancha, borra carbón, que otra goma puede borrar carbón??.  Y, además por si esto fuera poco, la puedes moldear para ajustarla  a borrados finos. Es increíble esta magnífica super goma. Consíguela. La amarás.
Estelita modelando su dibujo de frente al tema.
Pasión en su trabajo.


El modelado ( Luz y sombra).

Bueno, después de una ardua sesión de análisis exhaustivo para realizar sus encajados,  mis alumnos ya querían modelar sus trabajos con luces y sombras. Hacerlos volumétricos y realistas, y yo, viéndolos algo desesperados comencé a aleccionarlos en esta tarea, que definitivamente sabía que les resultaría mucho más divertida y satisfactoria.
La gama tonal. Obviamente íbamos a modelar los dibujos con el carboncillo, agrisándolo. Les indiqué que debían nuevamente simplificar, solo que ahora no se trataría de hacerlo con las formas, sino ahora serían las sombras y las luces. Debían esforzarse en visualizar masas de luz y sombra, ignorando todas aquellas gradaciones sutiles de grises.
Les pedí que usaran todo el cuerpo del carboncillo, colocándolo “acostado” para poder cubrir amplias zonas de una sola vez,  cuidando de no pasarse de agrisado. De vez en cuando podrían acomodar con sus dedos el carboncillo e incluso, si su inspiración se los permitía, podrían esfumarlo en algunas partes con intenciones de lograr efectos artísticos interesantes.
La indicación era que identificaran y anotaran 10 tonos de gris en el modelo, NI UNO MAS!!!. Estos grises iban del blanco al negro, más ocho grises intermedios. Podían recurrir a los mismos trucos y recursos que emplearon para el encajado para identificarlos y anotarlos.
El agrisado debería hacerse cubriendo áreas grandes. Por ejemplo, un solo gris para toda la base del sombrero, otro para la parte lateral de un libro, otro más para la sombra proyectada dela caja en la mesa y así sucesivamente hasta cubrir todo el dibujo.
Para facilitarles este paso,  les sugerí que empezaran por identificar y anotar la zonas “negras”, por ejemplo las sombras más intensas y después las “blancas”, o brillos intensos, ( estas últimas solo se identificarían, pues ya estaban dadas por el tono del papel), para de ahí continuar con el resto de los grises; así tendrían una buena referencia para aplicar el resto de los tonos, ya que ningún gris debería ser  tan oscuro como el negro, ni tan blanco, porque esos ya los tendrían anotados.
Nuevamente les sugerí que mentalmente intentaran cambiar su percepción  de las cosas. Les dije que trataran de ver que lo que tenían enfrente no eran un sombrero, libros, una esfera y una caja, sino solo un conjunto de sombras y luces, y eso les ayudó mucho.
Y así, poco a poco mis alumnos fueron revelando y creciendo su dibujo hasta terminar, con las manos bien manchadas pero con una obra de arte en potencia. Ya no había más indicaciones que darles.
El ejercicio en total solo duró dos clases, o sea 4 horas. Al final, pude comprobar que en ese salón había talento y ganas de aprender a dibujar y pintar.
Bueno, hasta aquí doy por terminada mi narración sobre esta primera clase. Espero de verdad te haya resultado enriquecedora y útil.

La recomendación final para mis alumnos y para ti, amigo artista es que regularmente practiques este ejercicio, con diferentes modelos. Practicar y practicar aplicando la técnica es la llave que te permitirá descubrir tu capacidad artística. No desistas, si algún ejercicio no te convence. Hazlo otra vez, poniendo más atención en las indicaciones, sin desobedecer nunca la técnica. Y recuerda...
El mayor enemigo del artista es el miedo al fracaso. Enfréntalo, véncelo y explota tu talento!!!.
Hasta la próxima.







sábado, 28 de junio de 2014

Las Herramientas del Artista ( Y la importancia de conocerlas bien).


El pintor posimpresionista Vincent Van Gogh escribió: Hay leyes de proporciones, de luz y de sombra y de perspectiva que se deben conocer para poder pintar. Si no se posee este conocimiento, la lucha es siempre estéril y no se logra jamás parir. Aquí el genio holandés se refería a los principios básicos de la pintura y el dibujo. Pero lo mismo se puede decir si nos referimos al oficio, a la práctica, a la técnica. También hay unas leyes, también existe una forma- y no otra- de hacer las cosas, un trabajo “manual”, un dominio de las herramientas, que es preciso lograr si no queremos, en efecto, que la lucha sea estéril. Se trata, quizás, del aspecto más humilde del trabajo artístico. Pero imprescindible.

Extracto tomado del Libro “ Así se pinta con lápices de colores”, del afamado maestro divulgador José M. Parramón, de su colección Aprender Haciendo. 3ª Edición Julio 1990
 

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